The following is the Spanish version of my tract entitled “None of Us are Promised Tomorrow.” Special thanks to my friend, Priscila Ramirez, for the amazing job she did in translating it. May it be a blessing to many!
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¿Que pasaría si murieras hoy repentinamente? Esto sucede todo el tiempo. Tanto ancianos como jóvenes mueren en accidentes automovilísticos a diario. Ataques cardiacos son la causa de miles de muertes anuales. En estos tiempos que vivimos, después de lo ocurrido en la ciudad de Nueva York el 11 de septiembre del 2001, no sabemos lo que nos pudiera suceder en cualquier momento.
Una de las preguntas que mucha gente se hace es referente a la existencia del cielo y del infierno y a cual de los dos lugares irán al morir. También hay quienes piensan que no hay una conciencia real sobre la muerte y que simplemente dejarán de existir. ¿Cual es la verdad? Cada uno de nosotros debe entender esto antes de que nuestro tiempo en esta tierra se termine.
¿QUIENES SOMOS REALMENTE?
En la vida hay mucho más de lo que podemos ver, oír, tocar, oler y probar. Los seres humanos tenemos un cuerpo físico, sin embargo muchos no se dan cuenta de que también tenemos alma y espíritu. El espíritu conforma quienes somos verdaderamente, el verdadero tú. La condición o estado de nuestro espíritu es la que determinará donde pasaremos la eternidad al morir.
Cuando los primeros seres humanos, Adán y Eva, comieron del fruto prohibido pecaron por desobedecer a Dios, ellos murieron espiritualmente. Esto significa que su espíritu fue separado de Dios, su Creador. Este estado de su espíritu ha sido heredado a sus hijos de generación en generación. Esto nos incluye a tí y a mí. Cuando nacemos en este mundo, estamos espiritualmente muertos. Es por esta razón que Jesús dijo que debemos nacer de nuevo (nacimiento espiritual) para entrar en el reino de Dios. (“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Juan 3:3).
¿COMO LOGRAMOS ESTO?
Porque Dios es misericordioso, él nos da la manera de reconciliarnos con él y reparar esa condición de muerte espiritual. Bajo la ley de Dios, cuando se comete un pecado, una muerte tiene que ocurrir. Para poder cumplir con la penalidad de muerte por nuestros pecados (mentir, hablar mal de los demás, tener malos pensamientos, etc.), Dios necesitaba un ser humano SIN pecado para morir de una vez por todas para que nuestros pecados fueran lavados, nuestro espíritu naciera de nuevo y así pasar de la muerte a la vida. En otras palabras, Dios necesitaba el sacrificio humano perfecto para pagar la penalidad de la muerte por nuestros pecados. Como los hijos de Adán y Eva recibieron el pecado de sus padres, Dios tuvo que mandar a su propio Hijo para que llevara a cabo este sacrificio. ¡No había otra manera! (“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no perezca para siempre, sino que tenga vida eterna.” Juan 3:16).
¿QUIEN ES EL HIJO DE DIOS?
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” (Juan 1:1) “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros…” (Juan 1:14)
¿Quién es el Verbo? Se refiere a Jesucristo, el Hijo de Dios. El fue hecho carne hace aproximadamente 2.000 años y habitó entre nosotros como un ser humano perfecto para pagar así por nuestros pecados con su propia muerte en la cruz. La única manera en la que nuestro espíritu puede ser reconciliado con Dios es mediante nuestra aceptación de que Jesús murió por nuestros pecados. (“Jesús les dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Juan 14:6).
Algunas personas asumen que lo único que necesitan para que Dios les permita entrar al cielo es un buen comportamiento y hacer mas cosas buenas que malas. Sin embargo, al hacer estas cosas no se corrige la condición de nuestra muerte espiritual. Solamente al creer con fé y aceptar el sacrificio que Jesús hizo en la cruz una persona podrá estar asegura de que ira al cielo y será salva.
¡EN RESUMEN!
¿Cuál es la condición de tu espíritu? ¿Está el verdadero tú realmente vivo porque has aceptado lo que Jesús hizo por ti en la cruz, o estas todavía muerto espiritualmente? Si esto describe tu condición actual, entonces cuando des tu último aliento en esta tierra, permanecerás así por toda la eternidad. No permitas que esto te pase a ti. Acepta la manera que te da Dios para lograr esa reconciliación con él. Repite la siguiente oración (o una similar), hazlo a conciencia y con todo tu corazón.
Dios Padre, reconozco que soy un pecador y necesito ser rescatado de la muerte eterna. Yo creo que tú enviaste a tu Hijo Jesucristo a morir por mis pecados. Sé que ninguna cantidad de buenas obras me podrá reconciliar contigo, solamente mi creencia en Jesús y lo que hizo por mí en la cruz podrá salvarme. Te pido que perdones mis pecados, revivas mi espíritu, y me coloques en tu reino celestial. En el nombre de tu Hijo Jesucristo, Amen.
Si acabas de hacer esta oración, y lo has hecho de corazón, entonces estarás con Dios en el cielo cuando mueras. No tienes que dudarlo más.
¿QUE HAGO AHORA?
Puedes comenzar por leer la Biblia, empieza con el Evangelio de Juan en el Nuevo Testamento, y ora diariamente. Estas dos actividades mantienen abiertas nuestras líneas de comunicación con Dios. Al leer la Biblia, es Dios hablando con nosotros, y nuestras oraciones son la manera en que nosotros le hablamos a él. También deberías asistir regularmente a una iglesia de sana doctrina en donde se enseñen la Palabra de Dios, la Biblia. De ésta manera empezarás en el camino correcto hacia una “vida espiritual”.
¡Que Dios bendiga tu caminar con él!
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Copyright 2009 by Meshawn Senior/Priscila Ramirez (JMS Tracts)
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